9 de septiembre de 2015

HASTA SIEMPRE, PADRE JUAN CARLOS.



Rvdo. Fray Juan Carlos González del Cerro O.P. (Peródico Extremadura)


"En primer lugar debo decir que al leer estas palabras solo pongo voz a los pensamientos y deseos de todos nosotros para con el Padre Juan Carlos.

Y es que en esta acción de gracias debemos y tenemos que agradecer que se nos haya brindado la enorme oportunidad de encontrarnos con una persona tan excelente como el que haya sido párroco durante diez años de esta, nuestra parroquia. El hecho de que los caminos de todos y cada uno de nosotros se hayan cruzado durante este tiempo con el Padre Juan Carlos es sin duda un regalo, que estoy seguro que todos de una manera u otra hemos sabido aprovechar. Algunos de los presentes, veteranos en nuestra comunidad, conocieron al Padre Juan Carlos desde el momento de su llegada, que ya prometía una productiva y fértil labor. Otros, como servidor, y de la mano de nuestras catequistas conocimos al Padre Juan Carlos en uno de los momentos cruciales nuestra vida cristiana, como la preparación de nuestra primera comunión…sus inesperadas pero siempre oportunas visitas a las aulas para revisar el buen hacer de alumnos y catequistas, sus cortas pero magistrales palabras para con nosotros, o esas claras y seguras respuestas a complicadas preguntas…momentos de convivencia, largas mañanas de senderismo, los momentos previos a posesionar, reuniones improvisadas, casuales encuentros que acababan siendo una profunda conversación o simplemente esos minutos de la misa en los que quedamos embelesados por su sermón porque en muy pocos hemos visto tanto énfasis y entrega, tanto compromiso y sinceridad, tanta sabiduría y humildad, de manera que las palabras del Padre, procedente desde este ambón, nos calaban directamente a cada uno de nosotros…y es más, creo que no ha existido un solo domingo en el que no hayamos salido de misa sin aprender una enorme lección catequética impartida por este religioso dominico.

Luego están aquellos que se han cruzado contigo en momentos puntuales, situaciones concretas pero estoy seguro que no es casualidad que todos tengan buenas palabras para ti.

Tu mejor que nadie Juan Carlos, sabes cuales han sido la más importantes  y difíciles hazañas de este periplo tuyo, de este caminar a veces arduo y trabajoso, pero que tu siempre has facilitado a los demás.

Tu inmaculado e impecable trabajo en esta comunidad, tu exigencia para contigo mismo en el buen hacer de las cosas, tu humildad y honestidad, tu implicación voluntaria en asuntos que de no ser tú se hubieran dejado de lado, el fomento de la devoción y culto a nuestro Santo titular Juan Macías por nuestra barriada, el fomento de la devoción y veneración a nuestro Santísimo Cristo de la Victoria por toda la ciudad de Cáceres, tu inmejorable labor sobre la Cofradía Dominicana con la que conseguiste que la devoción a una imagen transcendiera la mera religiosidad popular y en verdad tomáramos en serio el espíritu de hermandad, la responsabilidad como cofrades y el testimonio de fe que debemos dar cada sábado de pasión. No solo nosotros, sino todas las cofradías cacereñas y con ellas nuestra diócesis, te deben agradecer tu esmerada labor durante estos últimos tiempos, como delegado episcopal de hermandades y cofradías.

En esta parroquia dejas sembrada una semilla que has conseguido que crezca y madure, un ejemplo claro es el grupo de seglares dominicas, una institución que consigue acercar la orden a los laicos y los laicos a la orden.

Tu perpetua preocupación con los asuntos sociales, la ayuda a las familias necesitadas, la invitación a la caridad y a la solidaridad mediante Cáritas parroquial con la que también tanto has trabajado. 

La difícil gestión económica de nuestra comunidad con la que has lidiado durante estos años también es un motivo más para darte las gracias. Entre otras muchas cosas, has conseguido que la comunidad parroquial de San Juan Macías se haya convertido en una gran familia. 

Y sobre todo tu trabajo con los jóvenes, pocas parroquias pueden presumir de tener una juventud más o menos asidua a la misa dominical, comprometida con los proyectos de la parroquia, vínculos estrechos de amistad que han tenido por hogar la Parroquia de San Juan Macías. Tú y tus directrices sobre los catequistas han tenido por consecuencia que muchos hayamos completado los sacramentos de iniciación cristianos aquí en esta parroquia, que ha sido, es  y será tu casa. Han sido muchos los jóvenes y las familias que se han sentido atraídos por tu manera didáctica y amena de hacer la misa dominical, prueba de ello es que hoy la Iglesia así de llena.

Y es especialmente, esa dedicación entregada y altruista con los jóvenes por lo que mereces un “gracias” muy grande y sentido. Por eso, los benjamines de la parroquia tenemos a bien hacerte entrega de un pequeño detalle con el fin de que nos tengas presente en esta nueva etapa.

No podemos negar que hoy, el día de tu marcha, nos arrope un sentimiento de tristeza y pesimismo pero desprendiéndonos del egoísmo humano hemos de ser generosos y pensar que tus palabras deben ser escuchadas en otros lugares y tus ideas puestas en práctica en otras comunidades. Y como no hace falta decir que te echaremos de menos, nos encomendamos a los santos dominicos para que algún día, nuestros caminos vuelvan a cruzarse.

Estoy seguro que ni una década es suficiente para descubrir lo enorme que eres. De corazón gracias, Padre Juan Carlos."

Acción de gracias, Eucaristía de despedida. Por Abraham Velarde González.

Amplia representación de los feligreses con el párroco posando para una fotografía de familia en el patio principial del Complejo Parroquial.
 

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