14 de febrero de 2016

Artículo para la Revista "Rosas y Espinas"


CARTA DE UN COFRADE

Hermanos y hermanas cofrades, un año más la Semana Santa vuelve a llegar puntual a su cita con nosotros y con nuestros amados titulares. Ya son muchos momentos y vivencias al lado de nuestro Santísimo Cristo, los que tenemos que ir guardando junto a nuestros recuerdos más queridos y sinceros…esa larga lista de recuerdos va sumando más y más cada año cuando llega nuestro día preferido. El próximo 19 de marzo no será un sábado cualquiera, bien sabido es por todos que será El Sábado, Sábado de Pasión que nos abre las puertas a una Semana que viene cargada de emociones, sentimientos y mucha espiritualidad.

 La Semana Santa, inaugurada en Cáceres con el desfile procesional de nuestra cofradía, es el marco donde se van a suceder siete días santos que prepararán a toda la comunidad cristiana para celebrar la mayor alegría que podamos compartir, la Resurrección del Señor y nuestra fe incondicional en Él; una resurrección que será anunciada ya siete días antes cuando La Victoria de Cristo procesione por las calles cacereñas sobre los hombros de los hermanos de la Cofradía Dominicana.

Cornetas y Tambores interpretando una marcha que conmueve, una nube de incienso que perfume y purifique nuestras calles, unos cirios cuya llameante luz anuncie la Luz de Cristo, una voz fiel que rompa el silencio y rece los versos de una saeta, el rítmico sonido de las horquillas o el arte de una chicotá, la admiración de los niños, la fe de los mayores, una larga fila de capuchones o las lágrimas que odiamos que la lluvia provoque…son pocas de las muchas cosas que la Semana Santa trae consigo, nueve días que nos piden paciencia año tras año hasta que llegan.

Hermanos, la Semana Santa expone cada primavera un patrimonio artístico incomparable pero la verdadera riqueza no es la que se ve, sino la que se siente, la fe de cada uno, la misma fe que improvisa una oración sencilla pero sincera cuando vemos ante nosotros la imagen que con fe cargamos. Que nuestra procesión sea la manifestación de nuestra fe y que no sólo en ella seamos penitentes, sino que durante todo el año seamos “el Simón de Cirene” que ayuda a llevar la cruz a quienes más les pesa.

Como cofrade y hermano vuestro, os invito a celebrar nuestra Semana Grande como el Señor de la Victoria merece, disfrutando de acompañarle en su recorrido el Sábado de Pasión y por supuesto, siendo consciente del privilegio y responsabilidad que ello implica.

Un abrazo en el Señor.
                                                                                               Abraham Velarde González.